
Símbolo de la dictadura de los noventa, el penal de la Base Naval del Callao -Némesis- fue construido especialmente para recluir a los principales líderes subversivos del Perú. Desde su inauguración en 1993, Peteer pasó allí más de 22 años. A inicios del año 2000, Peter renunció al MRTA, así como a la idea de la violencia como arma política. En el 2003 pidió perdón a través de la CVR (Comisión de la Verdad) y por el canal 7 de la televisión del Estado. De igual modo sucedió con los nuevos juicios de la sala penal nacional, que lo condenó a 25 años: Recuperó su libertad en septiembre de 2015 al cumplir el total de la pena, de acuerdo a la ley.