
Alonso se propone la nada fácil tarea de acerca a la filosofía del derecho a la dogmática jurídica, especialmente a la dogmática penal. A este fin, recurre a casos jurídicos tomados del derecho penal con la idea de mostrar que las discusiones jusfilosóficas acerca de la problemática de la interpretación tienen relevancia directa para el abogado penalista. Es un objetivo bastante ambicioso y me parece un notable mérito de este libro el haberlo logrado.
En este marco, propone a la interpretación de las normas como una actividad cognitiva compleja en la que cabe distinguir tres etapas: la identificación de las normas, su sistematización y la determinación de su coherencia. Cada etapa involucra problemas de distinta índole, que deben ser enfrentados con metodologías diversas. El camino de la interpretación racional culmina cuando se arriba a una norma unívoca, consistente y coherente, norma expresada mediante un enunciado condicional que correlaciona un caso genérico relevante con una consecuencia jurídica genérica.
La invocación de una mayor racionalidad en la interpretación del derecho penal, en la armonización reflexiva de sus disposiciones, en el sometimiento de las conclusiones a reglas desarrolladas en el más estricto acatamiento a la lógica, no parece por cierto un mero ejercicio intelectual para iniciados, sino el fruto de una necesidad que hunde sus raíces en la defensa de la libertad y en el estatuto político emanado de la constitución.
CONTENIDO
Prólogo de un filósofo del Derecho
Prólogo de un penalista
Prólogo del autor
Capítulo I. Apuntes preliminares
Capítulo II. La identificación de las normas (Problemas en torno a la suspensión del juicio a prueba –arts. 76 bis, ter y quarter, CP–)
Capítulo III. La sistematización de las normas (Problemas en torno al delito de lesiones –arts. 89 a 93, CP–)
Capítulo IV. La coherencia de las normas (Problemas en torno a delito de robo de automotores con armas –art. 166 CP, y el agravante del decreto n° 6582/58–)
Capítulo V. Apuntes finales
Bibliografía
Jurisprudencia