Tres realidades dialogan en la obra de Martín Ramírez: su pasado como ranchero en Jalisco, su experiencia como migrante transnacional y su perspectiva como interno en un hospital psiquiátrico. Esta fragmentación dio a luz un estilo insólito que genera a la vez asombro e incomodidad en el espectador, pues el uso frecuente de líneas y la confusión de los planos crean un interesante panorama que satura la mirada de formas y colores crudos, que recuerdan un poco los frescos egipcios y el arte folclórico de nuestro continente.
Complejas por su riqueza simbólica, sus creaciones revelan, sin embargo, la ingenuidad de un pintor autodidacta: su confinamiento durante 33 años en instituciones psiquiátricas del norte de California no significo un obstáculo para realizar sus obras. Las circunstancias de su encierro y su inagotable impulso creador hacen de Martín Ramírez un artista singular y representativo del arte marginal mexicano del siglo XX.
CONTENIDO
Introducción
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Epílogo. La recepción del arte de Martín Ramírez en México
Agradecimientos
Bibliografía selecta
Índice analítico