Mientras el sabio, obligado a tomar del movimiento vistas inmóviles y a recoger repeticiones a lo largo de lo que no se repite, atento también a dividir cómodamente la realidad sobre los planos sucesivos en que ella se despliega a fin de someterla a la acción del hombre, está obligado a obrar astutamente con la naturaleza, a adoptar frente a ella una actitud de desconfianza y de lucha, la filosofía la trata como camarada. La regla de la ciencia es la que estableció Bacon: obedecer para mandar. La filosofía no obedece ni manda: busca simpatizar.
Desde ese punto de vista también, la esencia de la filosofía es el espíritu de simplicidad. Que consideremos el espíritu filosófico en sí mismo o en sus obras, que comparemos la filosofía a la ciencia o una filosofía a otras filosofías, siempre encontramos que la complicación es superficial, la construcción un accesorio, la síntesis una apariencia: filosofar es un acto simple.
ÍNDICE
Nota de autor
Introducción a la metafísica
Intuición filosófica