
El español tiene una riqueza sorprendente. Por ejemplo, victimar y victimizar, precedente y procedente, inferir e inducir poseen significados diferentes. Y no son lo mismo un vidrio y un cristal, la belleza y la sensualidad, la propaganda y la información, lo exotérico y lo esotérico. De igual manera, algo puede ser primitivo sin ser prehistórico, natural no es sinónimo de bueno o correcto, la pertinencia no indica pertenencia e interrumpir y prorrumpir son acciones distintas. ¡No debemos confundir el detritus la pomada!