
Precursora de la novela de investigación judicial, la Historia de la columna infame se publicó por primera vez como apéndice de Los novios, la gran novela del italiano moderno. Sin embargo, Manzoni, quizá preocupado por la incoherencia de incluir hechos históricos en una obra de ficción, decidió publicarla por separado. Los hechos que analiza la novela se remontan a 1630. Milán, entonces bajo dominio español, sufre una epidemia de peste. Una vieja chismosa lanza una acusación contra el comisario de Sanidad: lo había visto «untar» las paredes del vecindario. Los acusados son brutalmente torturados y confiesan. La sentencia condena a los acusados a una muerte atroz.
Leonardo Sciascia, en su nota preliminar, nos advierte de la desgraciada actualidad de la tesis de la novela: “Decir que el pasado ya no existe –que la tortura institucional ha sido abolida, que el fascismo fue una fiebre pasajera que nos ha vacunado– es de un historicismo de profunda mala fe, cuando no de profunda estupidez. La tortura sigue existiendo. Y el fascismo sigue vivo”.