«Que mi novia se convirtiera en santa, y yo perdiera mi hombría para transformarme en mujer, ha sido un acontecimiento definitorio de mi vida que por su trascendencia me he visto en la necesidad de escribir». Así comienza, lanzado sin tapujos en primera persona, este relato envolvente que mantendrá atado a quien inicie su lectura. Anís Strauss y Julio Almanza, sus protagonistas, se conocen al parecer por «voluntad divina para salvar el uno al otro», pero el destino mundano parece tenerles otros planes y la mierda y el amor es el enigma a resolver. Armando Silva, director de la colección sobre ciudades imaginadas, se propuso descifrar una de las primeras ficciones transgénero donde el actor pierde la certeza del sexo, y su búsqueda angustiosa se convierte en una trama policíaca que persigue por ciudades icónicas, sagradas o cosmopolitas, como si se tratase de un botín o un secreto que se puede encontrar y recuperar. Pero todo en este relato circular, con tintes religiosos, estaba anunciado desde el primer párrafo.