“Escribir un poema en el sentido moderno de la palabra, es construirse una identidad”, advierte Luis Vicente de Aguinaga. Desde esta perspectiva, el estudio que el lector tiene ahora en sus manos reflexiona en torno de determinada clase de poesía: la que, si bien se vale de la primera persona del singular, de los deseos y las experiencias más personales, también elabora una imagen del espacio público, haciendo de la palabra poética un vinculo entre el yo y nosotros.
Estructurado como una casa o como una estrofa de siete versos, de la intimidad esta dividido en cinco estancias que, precedidas por un ingreso, y rematadas por un egreso, describen y ejemplifican una de las funciones del poema: la de asociar la privacidad sensorial y sentimental con el idioma, la historia y la sensibilidad colectiva, verdaderas líneas, cuyo encuentro nace la subjetividad. El sendero que raza de Aguinaga es largo, pero en la serie de autores y versos por los que transita convergen puntos como la reconstrucción de la memoria, el descubrimiento de la ciudad, el retorno imposible al pasado y la confusión del miedo con el dolor físico y el deseo erótico.
Al avanzar por este ensayo, el lector escuchara las voces de clásicos mexicanos como Ramón López Velarde-en cierta meditada la brújula de este recorrido-, Enrique González Martínez, Luis G. Urbina, Octavio Paz o José Emilio Pacheco, así como algunas mas recientes, como las de Luigi Amara, Jorge Fernández Granados y Ángel Ortuño. Quien recorra estas paginas desafiara su soledad, y en ese silencio y ese recogimiento, confirmara que la poesía es dialogo humano a través de la historia
ÍNDICE
Ingreso
Primera Estancia
Segunda Estancia
Tercera Estancia
Cuarta Estancia
Quinta Estancia
Egreso
Bibliografía