El conflicto es inherente a la naturaleza humana y constituye uno de los motores que movilizan al hombre para superarse y mejorar situaciones de convivencia. Sin embargo, cuando se reproduce en exceso, tanto en cantidad como en intensidad, se convierte en un factor de riesgo en el concierto social.
¿Cómo se previenen los conflictos innecesarios o evitables? Para encontrar la respuesta diversos autores del continente americano nos ilustran sobre los diferentes conflictos que visualizan en sus respectivas comunidades, y analizan las características propias de cada región y aportan valiosas opiniones en orden a su abordaje.
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