¿De qué hablan estas prosas poéticas que pretenden ser, otra vez, la infancia Por supuesto de ese lugar placentero, pero también de ese largo y oscuro salón.
Estas páginas hablan, además, de lo que habla la poesía hoy en día: de la Poesía como Absoluto y como Nada; de la herida profunda; del paso del tiempo; de la pérdida de todo referente y soporte; del momento en que la nodriza Euriclea reconoce a Ulises por la cicatriz del muslo (que es la de todos); de la furia y el ostracismo; de un mundo en disolución; de la primacía fugaz del fragmento; de la lámpara de William Butler Yeats y del ángel de Olivier Messiaen; del paisaje familiar que vive de asesinar a su poeta (a su yo lírico) y del difunto de corta edad que pasta sobre la ruina de sus antepasados; del salón de espejos sin espejos; de la muerte de las ideas y de la cosa misma; de los objetos de una antigua casa abandonada (aunque sea extremadamente difícil decidirse por uno de ellos); del yacente cuerpo sagrado; del silencio que se instala entre dos seres que alguna vez fueron una sola y única sangre; de las conversaciones escuchadas al azar; de los invisibles rituales domésticos; de las sombras que cruzan un libro de fotografías; de un menú de restaurante que despliega una pareja que asiste al enfriamiento de su relación y que cubre, por un instante, frente a los demás comensales, el rostro de su hijo y su desdicha. Sabrá el imaginativo lector añadir unos cuantos temas más.
CONTENIDO
Unas pocas palabras
I. Vocalización para el ángel que anuncia el final de los tiempos
II. La muerte de una ballena varada en la playa
III. La lluvia de hace un millón de años
IV. Muerte por agua
V. Confusiones del arco iris para el ángel que anuncia el final de los tiempos
VI. Por último, su nombre (para decir pureza y suciedad)