
La etnoarqueología es una disciplina joven que, pese a contar con apenas cuarenta años de existencia, ha constituido una influencia fundamental para el desarrollo de la arqueología. Durante mucho tiempo los arqueólogos han interpretado los restos culturales del pasado a partir de su propio sentido común y todavía hoy muchos lo hacen. A lo sumo recurrirían a alguna comparación con la cultura material de los “pueblos primitivos” actuales para averiguar como se enmangaba una flecha o como se decoraba una cerámica. A partir de fines de los años cincuenta y con el impuso epistemológico que supuso la Nueva Arqueología, los investigadores fijaron cada vez más su atención en las comunidades premodernas vivas y en su forma de relacionarse con la cultura material.
Esta mirada novedosa hacia la Otredad del presente, distinta a la de los antropólogos e historiadores, dio lugar a una disciplina original y cargada de ideas. La etnoarqueología tomaba como campo de análisis aquello que el resto de los investigadores habían despreciado: las casas, la cerámica, las formas de asentamiento, las técnicas de tallar piedra. Es decir, todo aquello que sí interesa a un arqueólogo porque, especialmente en el caso de los prehistoriadores, constituye la materia prima con la que construir su historia.
Sin embargo, no se trata únicamente de describir procesos técnicos y de comparar artefactos del pasado y del presente. A través del estudio de comunidades vivas, los etnoarqueólogos pueden entender el papel social de los objetos, en el pasado y en el presente. Porque la etnoarqueología no sólo ayuda a comprender la historia de comunidades desaparecidas, sino que puede servir para entendernos a nosotros mismos y a la gente que nos rodea.
CONTENIDO
Prólogo
I. Teoría y método
II. La práctica etnoarqueológica (I): vida y muerte de la cultura material
III. La práctica etnoarqueológica (2): sociedad y mundo material
IV. La Etnoarqueología del futuro
Bibliografía
Índice analítico
Índice de pueblos y regiones