
Conan Doyle publicó esta tercera novela en la que los protagonistas son sus personajes más famosos, Sherlock Holmes y el doctor Watson, entre 1901 y 1902. En esta ocasión el escenario de la historia sitúa la acción en los páramos de Dartmoor, en el condado de Devon (Inglaterra); un paisaje amenazador en el que deben investigar las muertes, en extrañas circunstancias, que se ciernen sobre la familia de los Baskerville, y que parecen estar relacionadas con una antigua maldición que pesa sobre ella.
Las supersticiones de los habitantes de Dartmoor hacen suponer que el asesino es un monstruoso animal, negro y enorme, con apariencia de perro. Los protagonistas se enfrentan a un complicado caso que los envolverá en un laberinto de superstición y venganzas, y que pondrá a prueba la capacidad deductiva y la inteligencia de Sherlock Holmes.