Muchos filósofos hablan de ellas como algo negativo, ¿será necesario reservar las emociones a los niños, a las mujeres, a los locos, a los ancianos y a los salvajes? No, no y no, responde Didi-Huberman.
En historia y en política las emociones y las imágenes se mezclan. Ante ambas, la confianza se suele transformar en creencia, un camino de lágrimas que termina liquidando toda verdad de la emoción así como toda emoción de la verdad. Otra actitud, más elitista, transforma un primer gesto de desconfianza en rechazo, en desprecio y finalmente en ignorancia pura de las emociones y de las imágenes, pero suprime el objeto en lugar de criticarlo. Didi-Huberman recurrirá a las obras de Serguéi Eisenstein y Pier Paolo Pasolini para proponernos un acercamiento diferente.
INDICE
Primera parte
El maestro ignorante presenta
Segunda parte
Preguntas/Respuestas
Figuras
Índice de contenido
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