Cautivador y desconcertante, el artista gráfico holandés Maurits Cornelis Escher ha dejado huella en los campos científico, artístico y de la cultura popular con su trabajo inspirado en las matemáticas. MC Escher sintetizó imágenes fruto de su propia fantasía con una investigación teórica original sobre la teselación y la geometría, produciendo grabados en madera en forma de mosaico, grabados a media tinta y litografías. Durante su infancia, MC Escher fue un niño enfermizo que pasó muchas horas en la cama. Gracias al dibujo, actividad en la que destacó desde el principio, su imaginación podía ir más allá de los estrechos confines de la vida cotidiana. En sus inicios se sintió atraído por la naturaleza y empezó a explorar la estructura matemática de las formas de la Madre Tierra, como los insectos, las plantas y los líquenes, un interés que le acompañaría toda la vida. En su juventud viajó por Italia y España, inspirándose en los paisajes que lo rodeaban. Dibujó edificios, vistas urbanas, y la arquitectura y los mosaicos que descubrió, entre ellos los de la Alhambra y la mezquita de Córdoba. Los ecos de estas estructuras están presentes en algunos de sus dibujos más famosos, en los que la geometría hiperbólica y la teselación dan como resultado objetos imposibles y espacios ilusorios de los que no se puede escapar.