
Si se busca una persona en la que que dan todas las mas censurables condiciones el alma humana, no dudemos de que Harry Haller es un claro ejemplo de ello: egoísta, violento, antisocial, rebelde, descreído de todo, resentido con todos. Su solitaria vida, en la que se dedica de lleno a hacer una profunda reflexión de la condición humana y una aguda critica a la sociedad, es el reflejo de un alma atormentada, desorientada y llena de angustia, que busca una explicación al sentido de la existencia humana. Sin embargo, en las tinieblas de su miserable vida, al borde del abismo, aparece Herminie, una mujer que, si bien no lo lleva de vuelta a una “vida normal” –como la de todos- “, si le muestra que, en medio de tanta sordidez, escepticismo y desesperanza hay un atisbo de felicidad en los placeres y cosas gratas que ofrece la vida: el baile, el teatro, las bebidas, el sexo.