La belleza y la gracia de los árabes de pura sangre han cautivado los corazones durante siglos. Son criaturas inteligentes, ligeras, nobles, curiosas y sensibles que trabajan duro y mantienen estrechas relaciones con las personas. Estos caballos son de particular importancia para Gabrielle Boiselle, porque fue un encuentro mágico con un semental árabe que la convenció de seguir su pasión por la fotografía ecuestre. Boiselle tiene una forma única de capturar el carisma místico y la elegancia de la raza árabe en sus fotos.
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