Las escuelas en América Latina están frente a una encrucijada: la de reproducir sociedades marcadas por los mayores niveles de desigualdad social del mundo o la de contribuir a hacer sociedades mas justas y solidarias. Para hacer lo segundo es esencial que los hijos de los más humildes tengan acceso a todos los niveles educativos y que sus maestros tengan la competencia y la disposición para permitirles aprender con niveles de excelencia los contenidos significativos que amplíen sus oportunidades en la vida, y con ello puedan ser más libres. El que los maestros que enseñan a los niños más desfavorecidos estén en condiciones de hacer esto depende de las políticas educativas de cada país.
Este libro, escrito por algunos de los más reconocidos investigadores educativos latinoamericanos, analiza cuáles son los principales desafíos para lograr que los maestros garanticen el éxito académico de los hijos de los más pobres, y discute los resultados de las políticas educativas recientes, cuyo propósito ha sido apoyar a los profesores en estas tareas.
En una perspectiva renovadora y original, que combina la discusión teórica, el cuidadoso análisis de evidencia empírica y el examen pragmático de las decisiones posibles en política educativa, este libro trata uno de los temas más álgidos y prioritarios para la reforma educativa en América Latina y en el mundo: las relaciones entre educación y desigualdad social. El texto será de interés para quienes tienen que tomar decisiones sobre política educativa, para maestros de aula, para profesores e investigadores universitarios y para aquellos políticos y ciudadanos interesados en que la educación ofrezca una verdadera esperanza de hacer a las sociedades más justas y democráticas.