
La vida es simple, no implica ninguna dificultad; somos los que, al vivirla, hacemos de su susurro un laberinto de ecos que entorpecen su tránsito; lo que nos falta es estar dispuestos a escuchar su dulce voz sin violentarla. El amor, por ejemplo, no los años, es la última barrera que le oponemos a la muerte; y esa barrera, ese amor, es lo mas importante en la vida; de lejos es lo más importante de todo, tal es el caso de la novela que nos presenta Fernán Espinosa Támara. “Prohibido envejecer” es un sorprendente retrato de la condición humana, concisa, aguda, bien contada, con un tono que la hace amena de leer y que te lleva a interrogarte sobre la interesante problemática que nos plantea.
Nuestro autor no mitifica el mundo, sino que nos narra una situación cotidiana, simple, pero llevada a un extremo estético tal que su resultado no es otro que la buena literatura; su prosa muestra el conocimiento, la contundencia y la fluidez de alguien que ha vivido lo suficiente y que sabe como contar lo que ha percibido con su propia experiencia. Cada párrafo tiene la atmosfera necesaria para transportarnos a la trama y para conmovernos con la verosimilitud de lo que plantean sus personajes.
Cada situación que nos narra Fernán Espinosa Támara es extremadamente humana, contundentemente cotidiana, dolorosamente bella, ante lo cual no puedes dejar de estremecer manteniendo, a su vez, la tensión y el clímax narrativo.
Edilson Villa M.