
¿Cómo se apropiaron los indígenas americanos de una cultura desconocida, afrontaron lo inconcebible y forjaron un mundo nuevo donde hallar su propio lugar? Éric Taladoire revierte la mirada sobre uno de los fenómenos más estudiados y analiza los escasos testimonios de indioamericanos que vivieron en diversas ciudades de Europa después de la llegada de Colón a las Américas.
Por lo menos tres mil amerindios se contabilizaron como habitantes del Viejo Mundo entre 1493 y 1616. En este último año, la indígena algonquina Pocahontas visito Londres después de contraer matrimonio con un comerciante inglés.
Aztecas y tlaxcaltecas convivían con taínos e incas en el Madrid del siglo XVI. Sin embargo, la mayoría de estos migrantes fueron sustraídos de sus comunidades de manera violenta por los conquistadores europeos para que les sirvieran de informadores, mediadores, rehenes, curiosidades, trofeos, esclavos o aprendices en el antiguo continente. Muchos de ellos fueron a das a Sevilla, París, Bruselas e incluso en Rusia
“Uno de los mayores intereses de la obra es documentar las diferentes facetas de estos intercambios. Otro, como bien expresa el título de la segunda parte “Una perspectiva invertida”: mostrar que los indígenas americanos no son víctimas, sino también actores.” – Nadine Guilhou
CONTENIDO
Prólogo. Del Nuevo al Viejo Mundo
PRIMERA PARTE. DEL DESCUBRIMIENTO AL RECONOCIMIENTO (1493 – 1616)
SEGUNDA PARTE. 1616 – 1892: UNA PERSPECTIVA INVERTIDA
Prólogo
Conclusiones. Otra conquista del Nuevo Mundo
Agradecimientos
Epílogo
Referencias bibliográficas
Cuadros
Índice de las personas identificadas y documentadas