
Donna M. Orange, para quien “La ética es el puente entre filosofía y clínica” es una psicoanalista norteamericana y una de las principales referencias del psicoanálisis intersubjetivo. En este volumen, la autora dirige su ojo crítico a cinco psicoanalistas poco ortodoxos: Ferenczi, Fromm-Riechmann, Winnicott, Kohut y Brandchaft, relacionándolos con la hermenéutica de Gadamer y la ética de Lévinas. En 2012 Cuatro Vientos publicó su libro Pensar la Práctica Clínica: Recursos Filosóficos para el Psicoanálisis.
¿Por qué psicoanálisis relacional y Gestalt? Este acercamiento con esta escuela de psicoanálisis relacional me parece muy importante para los gestaltistas, porque nos enseña su formato —en el tiempo, sesiones de 50 minutos, semanales o más frecuentes, pago aunque se falte, etc., pero sobre todo muestra las percepciones de la naturaleza del sufrimiento de los pacientes, y propende a establecer una relación interpersonal afectiva (no necesariamente manifiesta), que es lo que hace que el paciente pueda dar algunos pasos. En cuanto a todo lo psicocorporal, perceptual y lingüístico, ahí estamos mejor preparados los gestaltistas, pero muchas veces se nos van o los dejamos ir demasiado pronto, al no tener nada más que “trabajar”, olvidando que el mero platicar y el estar sin proponer ejercicios o experimentos es, en algunos casos, lo que más sana.
A través de una elección audaz de relatos clínicos inéditos, estas páginas ilustran la secuencia terapéutica que ocurre en el trabajo clínico en torno al abuso sexual, abordando los detalles concretos, mostrando el minucioso recorrido que hace el terapeuta en eta labor.