José Saramago trasladó su residencia a Lanzarote a comienzos de 1993. Siguiendo un juego que le proponía su familia, comenzó a recoger por escrito sus aconteceres cotidianos. Lo que al principio era pura y simple diversión acabó convirtiéndose en quehacer de todos los días: un intento serio y riguroso de retener el tiempo y hacer más extensa la felicidad que de éste se iba desprendiendo.
Como bien dice el propio Saramago, se trata “de contar los días con los dedos y encontrar la mano llena”.
Cuadernos de Lanzarote no es un libro de memorias, ni un conjunto de fragmentos de reflexiones. En sus páginas encontramos el día a día del escritor, la explicación de sus opiniones y de su relación con nuestro tiempo.
Y, claro está, las preguntas y respuestas inevitables en un hombre que ha hecho de la actividad creadora un oficio y un estilo de vida.
Prólogo
Primer cuaderno
Segundo cuaderno
Tercer cuaderno