El fenómeno de la pobreza posee una relevancia moral y política, no únicamente económica. Entraña un problema de carácter normativo (o sea, supone un imperativo ético) que expone por qué debe ser combatida. A menudo se da por sentada la idea de que la economía y las políticas públicas que la implementan tiene que ver con la administración de los bienes y recursos escasos, asumiendo la pobreza como un mero dato, como un hecho social que habría sólo de ser constatado, pero que no sería susceptible de ningún juicio de valor. La existencia de ricos y pobres en las sociedades sería un hecho natural ineludible.
Sin embargo, los enfoques de las libertades y derechos, y de las capacidades, sacan a la luz la estrecha relación entre pobreza y desigualdad, entre pobreza y exclusión social, situación que conlleva la cuestión práctica acerca de cómo tratarnos a las personas. Pero además, descubre que la no abundancia de los bienes y recursos no implica de modo necesaria su insuficiencia, poniéndose al descubierto el tema de la distribución social justa y equitativa de la riqueza”.
CONTENIDO
Prólogo
Paulette Dieterlen
Introducción
Capítulo I
Igualdad, derecho y democracia
Capítulo II
Pobreza y desigualdad
Capítulo III
La participación comunitaria como participación política
Capítulo IV
Política, políticas y justicia social
Capítulo V
Ciudadanía y sociedad civil en el liberalismo igualitario
Capítulo VI
Capacidades y florecimiento humano
Conclusiones
Bibliografía