Alta cultura descafeinada

¿Cómo es posible que el neoliberalismo y sus instituciones se apliquen afanosamente en propagar un arte social y participativo, un arte creativo y original, incluso un arte crítico? El activismo cultural del neoliberalismo es inagotable y el arte contemporáneo es un lugar idóneo para entender cómo funciona.

Alta cultura descafeinada indaga desde una perspectiva crítica en la despolitización del arte en las últimas décadas. Ofrece una crítica directa a esos procesos destinados a recuperar y reinsertar prácticas en otro tiempo disidentes y que, sin embargo, se nos presentan hoy como yermas, inocuas y descafeinadas de consenso. Si el neoliberalismo carece de centro, si se mueve tanto dentro como fuera de las instituciones, es porque posee la virtud de fagocitar y nutrirse hábilmente de cuanto lo rodea, incluso de aquello que está destinado a cuestionarlo. Alberto Santamaría analiza la despolitización de la vanguardia en el arte de ese activismo cultural neoliberal que nos rodea y nos urge a reubicar la cultura como herramienta emancipadora en la batalla ideológica.

CONTENIDO

Una nota previa

Cara A – Cara B

1. Sucedió en Seattle. Crítica y delirio
2. La tercera venida de Hank Herron
3. Arte culto descafeinado
4. El retorno (fetichista) de lo moderno

• Esa nostalgia de lo posmoderno (o una obsesión llamada Nicolás Bourriaud)
• Reescribir la modernidad (o la retórica de los tiempos propicios)
• Eclecticismo, postproducción y transvanguardia

5. Situacionismo Low Cost (a modo de conclusión)

Bibliografía