
Adiós al mar del destierro despliega, como en un álbum de fotografía, el destino entretejido de varios personajes unidos por lazos de familia, sobre el oleaje de la emigración italiana a América a lo largo de dos siglos. Lucia Donado logra, gracias a su fino instinto narrativo, introducirnos de forma memorable en el mundo de los que cruzan el oceano y se ven signados por la ausencia de patria, o de quienes sin salir de su pueblo viven anclados en las orillas de la nostalgia.
La narración trasciende este drama generacional hacia el ámbito donde, en sabia alternancia de puntos de vista, las voces que hablan en primera persona ponen al descubierto los conflictos entre diversas patrias y lenguas, los entresijos del miedo y la culpa, el amor lacerado por las contradicciones y el feroz sino de ser extranjeros. Casas y jardines, cartas y diarios, fotos y objetos antiguos son presencias vitales en estas paginas. Así, el viejo reloj de bolsillo de un militar que sobrevivió; a la derrota de Napoleón en Rusia se emplea para que su bisnieto emprenda la travesía a Sur América.
La novela es, asimismo, un homenaje intimo a aquel que lleno su vida con un sutil o heredado: Bruno Cattaneo, el joven calabres que emigra a Colombia, se convierte en vendedor de telas en un perdido pueblo de la cordillera, vive casi un siglo y conquista, a fuerza de flaquezas, un amor por la vida capaz de redimir todas las vicisitudes, todos los destierros.
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