
En este legajo de versos se presenta una aproximación a ciertos elementos ignorados, utilizando un lenguaje poético diáfano para verlos en profundidad, para tener de cerca el alma de las pequeñas cosas. Con entramados de imágenes se reivindican objetos y emociones, se pone en movimiento lo que parecía eternamente quieto, se muestra lo que suele ser inobservado, se despiertan los sentidos de lo inorgánico. Los seres que habitan estas letras parecen proveer sus corazones de la dosis necesaria de soledad, pero no encuentran la completud en sí mismos, por eso se nutren del exterior y su intemperie, y viven en la realidad fantástica del mundo literario. Este poemario, entonces, es una apuesta por resignificar el adentro y el afuera, una semiótica de la condición humana.
Cuando mueven las cosas de su sitio, nace un poeta
I. Dos peldaños más cerca del infinito
Desarriago
Escultórica
Artística del infinito
Abducción
Bravura
Inmersión
Sobredosis
Reverberación
Óbito
Albedrío
II. Eléctrico chasquido de una bombilla a punto de estallar
La arroganci de los dioses
Sombras
Cosmogonía
Once de septiembre
Tiro de gracia
Belicindad
Némesis
La colmena
Escepticismo
Deguello
Caída libre
III. ¿A dónde van las sombras cuando escapan de su cuerpo?
Poeta
Dicotomía
Libre albedrío
Caminante
La desdicha
Ascensión
Fase orínica
Ceremonia
Escalera al cielo
Rebelión
IV. A tiznar con su maquillaje de cenizas los amplios paredones de la noche
Corcoveo
La dualidad del encierro
La arrogancia del hastío
Remoción
Luz y sombra
Marasmo
Preposesión
Tinieblas
Alunión
V. Cosas que extrañan su sitio
Erosión
Cuando mueven las cosas de su sitio
Ave marina
Turgencia
Lapidarium
La felpa del deseo
Refracción
La aguja
Trilogía del invierno
Pecado venial