
Hasta 1265, cuando Marco Polo llegó con su padre y su tío de Pekín, ningún extranjero había pisado la fabulosa ciudad china. Eran los primeros europeos en atravesar Asia en un viaje que les llevo casi veinticinco años. Marco Polo llevo un registro minucioso de sus observaciones, que tiempo después se convertía en el libro del millón de maravillas del mundo. Aunque la increíble historia fue mal comprendida por una Europa todavía pobre e inculta.