Desde el comienzo se muestra la complejidad de la novela. Aquí aparentemente, el editor informa desde la perspectiva en primera persona sobre el lobo estepario, un hombre cansado de casi 50 años de edad llamado Harry Haller. Haller se siente al margen de la sociedad. Es un solitario, solo con Goethe y Mozart encuentra la perfección y la alegría. Los placeres mundanos le son ajenos.