El libro Estado de Coma hace un ajuste de cuentas con los sueños del mañana y la muerte de la utopía como opción de libertad del hombre del presente que se obstina por obtener respuestas de lo inmediato. Pero, sobre todo, el libro hace un relato poético valiéndose de la alegoría como recurso para dar vida a la esperanza (los sueños que aspiramos ver cumplidos), convertida ahora en Esperanza, mujer decrépita alucinando en el hospital, exiliada en su propia soledad, abusada por un enfermero, objeto de la burla y la ironía por parte de los demás enfermos, en fin, una paciente en perfecto estado de coma.