
El ideal anárquico se pudiera resumir en dos líneas: la libertad ilimitada y el mayor bienestar posible del individuo, con la abolición del Estado y la propiedad individual. Si ha de censurarse algo al anarquista, censúresele su optimismo y la confianza en la bondad ingénita del hombre. El anarquista, ensanchando la idea cristina, mira en cada hombre un hermano; pero no un hermano inferior y desvalido a quien otorga caridad, sino un hermano igual a quien debe justicia, protección y defensa.
La Anarquía es el punto luminoso y lejano hacia donde nos dirigimos por una intrincada serie de curvas descendentes y ascendentes. Aunque el punto luminoso fuese añejándose a medida que avanzáramos y aunque el establecimiento de una sociedad anárquica se redujera al sueño de un filántropo, nos quedaría la gran satisfacción de haber soñado. ¡Ojalá los hombres tuvieran siempre sueños tan hermoso!
Menos se concibe a un anarquista desligado de la cuestión social: la Anarquía persigue el mejoramiento de la clase proletaria en el orden físico, intelectual y moral; concede suma importancia a la evolución armónica de la propiedad; más no mira en la evolución de la Historia una serie de luchas económicas. No, el hombre no se resume en el vientre, no ha vivido guerreando eternamente para comer y sólo para comer. La misma Historia lo prueba.
La Humanidad de ayer produjo y capitalizó: a la Humanidad de hoy toca recibir la herencia: lo de todos pertenece a todos. ¿Qué derecho tiene, pues, el individuo a monopolizar cosa alguna? Donde un individuo apañe los frutos de un árbol, otro individuo puede hacer el mismo, porque es tan hijo de la tierra como él; tan heredero de la humanidad como él. Nos reiríamos del hombre que dijera mi vapor, mi electricidad, mi Partenón, mi Louvre o mi Museo Británico; pero oímos seriamente al que nos habla de su bosque, de su hacienda, de su fábrica y de sus casas.
Contenido
Nota introductoria
Anarquismo y lenguaje
La anarquía
Fiesta universal
El deber anárquico
El estado
La autoridad
El comienzo
El sable
Cambio de táctica
Cosechando el fruto
En Barcelona
Ferocidad teutónica
El primero de Mayo
Necedades
En la libre Inglaterra
Socialismo y anarquía
Las huelgas
Primero de Mayo, 1907
Rebelión del soldado
Utilidad de los rebeldes
Antipolíticos
La revolución
José Nakens
Primero de Mayo, 1908
La acción individual
En España
El crimen de Chicago
La Policía
Luisa Michel
Las dos patrias
El primero de Mayo, 1908
Fermín Salvochea
El individuo
La comuna de París
Primero de Mayo, 1909
La fuerza
El autor