
“(…) A las buenas almas, cuando se acercan y tocan nuestras vidas, las reconocemos de inmediato… porque, así como hay vientos huracanados o malolientes, salvajes y traicioneros, hay vientos que son brisas suaves que no solo se posan en la piel, sino que alimentan el espíritu con su paso, con su aliento. Ese es el libro de Leonor, su opera prima. Un libro breve, escrito desde su alma, que es el viento invencible, al que queremos volver y releer. Un viento que, además, nos deja estelas de magia y misterio y al que le susurramos que queremos oírlo- leerlo, una y otra vez.”