
Cualquier definición que se establezca para caracterizar lo que es la filosofía se relaciona, entre otras cosas, con el contexto en que esta se erige. Sin embargo, ello no quiere decir cualquier cosa. En efecto, La filosofía debe considerarse tanto en su carácter universal y abstracto como en su aspecto particular y concreto. Lo primero puede entenderse desde los criterios generales que exige la reflexión filosófica, como por ejemplo, la problematización de un aspecto trascendente en uno de los campos en los cuales se desenvuelve la filosofía. Ambos aspectos posibilitan un espacio de dialogo para la crítica y el análisis objetivo de la realidad que le es propia a los seres humanos. Así, se puede afirmar que la tarea del filósofo no está limitada al pensar puro-Especulativo-sino que busca moverse en el equilibrio entro lo universal y lo particular. En otras palabras, se puede decir que el filósofo está llamado a pensar para sí y a dar a entender dicho pensamiento a otros.
CONTENIDO
Agradecimientos
Introducción
Consideraciones generales
Capítulo I Acercamiento interpretativo al Laques
Capítulo II La virtud como problema filosófico
Capítulo III La valentía como Virtud necesaria para la formación de un hombre virtuoso y un Estado justo
Capítulo IV La educación como práctica que exige la valentía
El reconocimiento de la propia ignorancia
La pregunta como recurso pedagógico
La corrección de ideas
La exigencia personal como compromiso educativo
Conclusión Bibliografía