La vida no es igual de los dos lados de la barra, por eso un mesero es el bardo ideal para diseccionar lo que ocurre entre las mesas, las copas y las personas. En restaurante bar familiar, un libro repleto de melancolía, extrañamiento y ecos reverberantes del planeta infancia, Luis Lago utiliza la autobiografía (o su apariencia) para ver a los demás y a sí mismo con la lente fijada en cobardías y heroísmo cotidianos.
Luego hace de la precisión verbal y la nitidez visual mecanismos de una experiencia estética en la que priman la ternura y el pop.